La espuma para cuna de bebé no es algo que escoger a la ligera. El descanso es fundamental para el desarrollo de los más pequeños y son muchas las horas que pasan durmiendo durante el día: unas 17 horas en la primera semana, unas 16 durante el primer mes y unas 15 horas durante el segundo y tercer mes.
El uso de un mal colchón para el bebé puede acarrear consecuencias que queremos evitar a toda costa, desde el empeoramiento de la calidad del sueño y aparición del estrés a la plagiocefalia y otros problemas de desarrollo. ¡Veamos cómo evitarlo!
Factores para elegir la mejor espuma para cuna de bebé
Para elegir la mejor espuma para cuna de bebé, lo mejor es considerar uno a uno los parámetros más relevantes. Pero no te preocupes, no se trata de una tarea complicada. Solo tienes que elegir una tienda que te dé garantías.
1. Dimensiones del mueble o cuna
El tamaño del mueble determinará las dimensiones de la espuma para Pero el mercado ha ampliado en gran medida el número de opciones para adaptarse plenamente a las necesidades de cada familia y ofrece diferentes tamaños y medidas de colchón para cunas. Por lo tanto, encontrarás cunas por encima y por debajo de las medidas standar.
2. Grosor del colchón
También es importante la cuestión del grosor. Es recomendable que los colchones para bebés y niños sean de entre 12 y 18 cm de grosor, puesto que su peso es ligero. Sin embargo, la densidad y los materiales son parámetros más importantes a tener en cuenta.
¿Dudas a la hora de elegir densidad y medida de espuma?
3. Firmeza del colchón
Al comprar colchón para la cuna de bebé, la firmeza es un factor decisivo. Hay que tener en cuenta que el cráneo del bebé aún es blando durante el primer año de vida, por lo que se necesita una densidad que no ejerza demasiada presión para que la cabeza no se deforme (plagiocefalia).
Los pediatras recomiendan una densidad semidura que puede estar entre los 22 y los 22 kg/m³. Una espuma inferior a dicha medida podría resultar demasiado blanda, y por encima no será cómoda ni se adaptará a la morfología del bebé como se espera.
3. Material del colchón
La espuma está entre los mejores materiales para un colchón de cuna, pues respeta la forma y el desarrollo del bebé. Su composición y diseño reduce los puntos de presión, por lo que el colchón se adapta si el bebé se mueve. La adaptabilidad, precisamente, es una de sus principales ventajas.
Hay otros materiales que se emplean con frecuencia en los colchones para cuna de bebé:
- Muelle ensacado. Compuesto por muelles dispuestos en bolsitas individuales que favorecen que el colchón se adapte mejor al cuerpo. Su principal ventaja es la durabilidad.
- Fibra de coco. Se trata de un material natural y orgánico que apenas recibe tratamiento químico, pues para su producción se usa cáscara de coco esterilizada con vapor. Además de tratarse de un material hipoalergénico y ecológico, favorece la transpiración sin renunciar a la resistencia ni la elasticidad.
- Látex. Es un material de descanso muy conocido, y es un polímero natural que se extrae del árbol del caucho. Es apreciado por proporcionar comodidad, ser lo bastante flexible y tener propiedades antiácaros.
Según fuentes especializadas, la viscoelástica no es recomendable para el colchón de cuna de un bebé, porque resulta demasiado blanda.
4. Transpirabilidad del colchón
Un colchón transpirable es un colchón seguro, pues de lo contrario se pueden almacenar bolsas de CO2, humedad o proliferar ácaros y bacterias.
5. Asegurar mantenimiento
Tan importante como elegir correctamente la espuma para cuna de bebé es elegir la funda que asegure su buen estado. Una de las más utilizadas es la funda de colchón de rizo, fabricada completamente en algodón. Es elástica, adaptable y se elabora a partir de un compuesto antibacteriano que la hace totalmente segura. Te aseguras de que no se producirán irritaciones en la piel del bebé, que es especialmente sensible.
En tiendas como El Taller de la Espuma puedes encontrar diferentes largos y altos para adaptarse plenamente al colchón, además de varios colores. Puedes desenfundar fácilmente, lavar a máquina y secar, luego su mantenimiento es muy sencillo.
También se suelen emplear fundas básicas acolchadas con un tacto muy suave, así como aquellas que incorporan algún tratamiento especial como el aloe vera. Neutralizan olores y mantienen a raya a los ácaros.
La alternativa son las fundas económicas, que te pueden servir para usos puntuales como el de la cuna de viaje. Por ejemplo:
- Funda básica de poliéster. Fabricada en poliéster y con las clásicas margaritas blancas sobre fondo azul.
- Funda escocesa. Mitad poliéster, mitad algodón, y a elegir entre los clásicos cuadros escoceses o el azul liso.
En definitiva, la espuma para cuna de bebé debe ser de calidad, tener las dimensiones y la densidad adecuada, y contar con una funda apropiada. Los más pequeños pasan durmiendo la mayor parte del día, y poner en riesgo su descanso es hacer peligrar su desarrollo. ¡Evítalo acudiendo a una tienda que te ofrezca garantías!