Seguro que te suena a otro idioma esto de la cámara anecoica, pero, ¿has pensado alguna vez en el silencio absoluto? No en la tranquilidad que supone no escuchar ruidos que generen malestar, sino enfrentarse a una situación de absoluta ausencia de sonidos.
Eso es lo que se consigue con las cámaras anecoicas, y la sensación que se vive en ellas es de completo desasosiego. Explicamos con detalle qué es una cámara anecoica, cómo se fabrica y para qué se utiliza.
Una cámara anecoica es una sala, una habitación o un pequeño habitáculo en el que todas sus superficies (paredes, techos y suelo) están revertidos con materiales absorbentes para minimizar el ruido que se refleja.
El término anecoico significa no reflectante, sin eco. En estas salas, los materiales absorbentes reducen al mínimo las reflexiones que producen las ondas acústicas o electromagnéticas en cualquier de las superficies. Las cámaras están aisladas del exterior para evitar la entrada de ruidos externos.
El espacio que se crea es similar al que se daría en el vacío, el espacio exterior. No hay presencia alguna de influencias sonoras. En todo el planeta, tanto en la naturaleza como en los ambientes urbanos, siempre hay algo de reflexión del sonido, y por tanto hay reflexión y absorción.
La sensación que se vive en una cámara de este tipo es de completa extrañeza, pues el ser humano siempre está habituado a escuchar sonidos y ruidos en todo momento. El límite del oído humano se establece en los cero decibelios. Por debajo de este nivel, no es capaz de captar el ruido. Cuando una persona se introduce en una sala anecoica, comienza a escuchar sus propios latidos del corazón, la respiración e incluso el movimiento de sus tripas.
Y todo ello de manera clara. Además, la falta de costumbre del oído humano al silencio casi absoluto y la falta de referencias externas producen una sensación de desequilibrio y desorientación muy peligrosa.
Una vez transcurren unos minutos en el interior de una cámara de este tipo sobreviene la necesidad de salir de ella. Hasta el momento nadie en la historia ha conseguido pasar más de una hora en una cámara anecoica.
¿Cómo se fabrican las cámaras anecoicas?
Las cámaras anecoicas se fabrican a partir de materiales como fibra de vidrio, lana de roca o espuma porosa. Su diseño está conformado por paredes recubiertas con cuñas piramidales con la base de esos materiales absorbentes apoyados sobre todas las superficies. En el caso de la espuma, las paredes exteriores tienen un espesor de 330 mm y la sala interior incluyen paneles metálicos montados sobre un suelo flotante.
La espuma se suele cortar en estas formas piramidales, y en algunas ocasiones pueden medir más de un metro de altura. Para evitar el desgaste de este material, en ocasiones se les da un tratamiento, pero esto no es siempre necesario.
El resultado es un entorno bajo de ruido que se consigue gracias a la completa absorción de los sonidos exteriores. Estas instalaciones son herramientas muy eficaces para realizar mediciones precisas del sonido.
Es la suma de los aislamientos externo e interno lo que consigue que las salas anecoicas ofrezcan un entorno ideal para realizar investigaciones acústicas. Si esos mismos estudios se llevaran a cabo en espacios exteriores, las interferencias de ruidos externos darían lugar a lecturas poco reales.
En el diseño de estas salas hay que tener en cuenta el rango de frecuencias, que va desde los 200 Hz a los 20 kHz. A esto hay que sumar la capacidad de absorción de sonidos, que ha de ser superior al 95%. En las frecuencias más bajas es donde se observan más dificultades para obtener precisión en las mediciones, de modo que hay que controlar bien los materiales y las propias dimensiones de la sala.
Cómo funciona una camara anecoide
Las cámaras anecoicas logran su asombroso poder de absorción de sonido mediante una combinación de materiales y diseño cuidadosamente calculados. El término «anecoico» proviene del griego «an-«, que significa «sin», y «eco», que significa «eco» o «sonido». Por tanto, estas salas están diseñadas para evitar que el sonido se refleje y produzca ecos.
Las Paredes que Silencian
El revestimiento de las paredes de una cámara anecoica está compuesto por una serie de pirámides o conos truncados, generalmente hechos de espuma especial. Estas estructuras están diseñadas de manera precisa para atrapar y absorber las ondas sonoras que impactan en ellas. En lugar de rebotar, las ondas sonoras se dispersan en múltiples direcciones y se convierten en calor debido a la resistencia del material. Esto elimina cualquier eco o reflexión que pudiera interferir con las mediciones acústicas precisas.
El Suelo y el Techo: Una Completa Absorción
No solo las paredes de una cámara anecoica están diseñadas para la absorción del sonido, sino que también el suelo y el techo siguen el mismo principio. El suelo suele estar cubierto con una capa de espuma similar a la de las paredes, mientras que el techo se encuentra suspendido para evitar la reflexión del sonido desde arriba.
Usos de las cámaras anecóicas
La principal aplicación de las salas de este tipo es realizar investigaciones. Una buena cámara anecoica ofrece un ambiente de control que permite llevar a cabo estudios de prototipos y nuevos desarrollos tecnológicos y científicos.
Estas salas de silencio absoluto son ampliamente utilizadas en la industria para llevar a cabo pruebas de acústica. Los productos y dispositivos, desde altavoces hasta teléfonos móviles, se someten a pruebas en cámaras anecoicas para evaluar su rendimiento en condiciones de sonido controladas y reproducibles. Esto permite a los ingenieros y diseñadores ajustar y mejorar la calidad del sonido de los productos antes de que lleguen al mercado.
En ellas se calibran la potencia, la capacidad sonora y la directividad de antenas, motores, altavoces o incluso maquinaria industrial. En sectores como la automoción, la construcción o el terreno militar resultan de gran utilidad.
Tamaño sala anecóica
Hay cámaras anecoicas de muy diversos tamaños. La Agencia Espacial Europea (ESA) cuenta con una que tiene unas dimensiones de 15x15x15 metros. Es su laboratorio de antenas y en ella se estudian parámetros como los materiales óptimos para fabricar antenas, la medición de absorción de radiofrecuencia, la reflectividad y la calificación de sistemas de radiación complejas, entre otras pruebas.
En el otro extremo están las cámaras de pequeño tamaño, que solo ocupan un cubículo con las dimensiones de un microondas. Las dimensiones de cada sala responden al tamaño de los elementos que se prueban y el rango de frecuencias utilizadas.
Curiosidades de las cámaras anecoicas
Con estas instalaciones, o equipamiento si se trata de un cubículo pequeño, se pueden realizar mediciones en cualquier momento, sin depender de las condiciones climáticas. Y al eliminar interferencias externas de ruidos, se pueden registrar con fidelidad las señales a estudiar.
Las cámaras anecoicas se utilizan con aplicaciones científicas e industriales desde hace décadas. El CSIC, Centro Superior de Investigaciones Científicas, cuenta con una en sus instalaciones en Madrid que data de la década de los 70 del pasado siglo.
A nivel global, el récord de aislamiento de sonidos externos lo tiene la cámara de Microsoft, que en 2015 llegó a registrar ruidos de fondo en el interior de -20,6 decibelios. La compañía utiliza estas instalaciones para medir el sonido que generan muchos de sus dispositivos: pantallas, paneles tactiles o zumbidos de equipos informáticos.
Esta sala desbancó a la Cámara de Orfield. La cámara anecoica de los Orfield Labs Quiet Chamber en Minessota alcanzaron niveles de ruido de -9,4 decibelios en el año 2012. Aquí el material absorbente utilizado son cuñas de fibra de vidrio con forma de pirámides, que se suman a tabiques dobles de acero.
En esta instalación, que hoy día funciona como una atracción turística, una persona fue capaz de mantenerse durante 45 minutos en su interior. No obstante, la mayoría de humanos que han vivido experiencias similares reconocen haber sufrido desorientación, pérdida de equilibrio y sensación de malestar.
En definitiva, una cámara anecoica es un espacio donde se eleva al máximo el aislamiento del exterior. Sus usos industriales y en el ámbito de investigación se suman a las aplicaciones de ocio y de carácter lúdico. ¿Sabes qué se siente al enfrentarte al silencio más absoluto? Descúbrelo en una sala anecoica.