Cualquier persona que conviva con un gato lo sabe bien: esos adorables peludos tienen una fascinación especial por los lugares altos. Ya sea una estantería, el respaldo del sofá o esa esquina soleada en la ventana, siempre buscan el punto más elevado desde donde observar el mundo. Y claro, si les damos la opción de tener un lugar cómodo, calentito y a su altura… ¡no querrán bajarse nunca más!
Aquí es donde entra en juego una cama elevada hecha con espuma a medida. No solo es una opción funcional y bonita, sino que además se convierte en el refugio ideal para tu gato. Y sí, vas a poder hacerla tú misma de forma sencilla, bonita y sobre todo con mucho cariño. Vamos a ello.
¿Por qué a los gatos les encantan las alturas?
Más allá de lo adorables que se ven echando la siesta en lo alto de un armario, los gatos tienen razones muy concretas para preferir lugares elevados. Esta preferencia tiene que ver con su naturaleza instintiva y su forma de entender el entorno que les rodea.
Seguridad y vigilancia
Desde una posición elevada, un gato puede vigilar su territorio y detectar cualquier cambio o movimiento. Para ellos, un lugar alto es sinónimo de seguridad, porque reduce el riesgo de sorpresas desagradables y les da una sensación de control total.
Un rincón propio
Los gatos valoran su espacio personal y una cama elevada les ofrece justamente eso: un refugio tranquilo, lejos del ajetreo de los pasillos, niños o mascotas más movidas.
Comodidad térmica
El aire caliente tiende a subir, así que cuanto más alto estén, más calorcito encuentran. Ideal en invierno o en rincones donde el sol entra directo por la ventana.
Antes de construir: Piensa y mide
No vamos a lanzarnos a cortar espuma a lo loco (aunque reconozco que suena divertido). Vamos a hacerlo bien desde el principio. Lo primero es planificar. Y sí, medir, medir y volver a medir.
Escoge el lugar perfecto
¿Dónde pasa más tiempo tu gato? ¿En la repisa de una ventana? ¿Encima de un mueble bajo? ¿Quizá tienes una estantería amplia y resistente que podría convertirse en su nueva cama real? Piensa en su comportamiento y elige una ubicación que combine visibilidad, tranquilidad y estabilidad.
Diseña el tamaño ideal
Observa cómo duerme tu gato: ¿hecho una bolita o estirado como una estrella de mar? Eso te dará pistas sobre las dimensiones ideales. La ventaja de usar espuma a medida es que puedes adaptarte al espacio disponible, incluso si es curvo, estrecho o irregular.
La estructura que lo soporta todo
La espuma necesita una base firme debajo. Puedes usar una balda ya instalada, un mueble reciclado, una caja de madera resistente… lo importante es que sea estable, segura y nivelada. ¡Nada de equilibrios peligrosos!
El ingrediente secreto: La espuma a medida
Ya tenemos el sitio y el diseño. Ahora viene lo divertido: elegir la espuma perfecta. Aquí es donde «El taller de la espuma» entra en acción y transforma tu idea en un auténtico paraíso felino. No exagero.
¿Por qué espuma?
Puede que estés tentado de usar una almohada vieja, pero no es lo mismo. Una buena espuma proporciona comodidad, soporte y aislamiento. Además, puedes pedirla cortada con la forma exacta que necesitas, algo que simplemente no puedes conseguir con productos estándar.
Es mullida, soporta bien el peso, aísla del frío y, lo mejor, se adapta a cualquier forma. ¡Es el ingrediente secreto para un trono felino de lujo!
¿Qué tipo de espuma elegir?
La opción ideal suele ser espuma HR (alta resiliencia), con una densidad media de unos 25-30 kg/m³. ¿Por qué? Porque combina durabilidad con suavidad, y no se aplasta en dos días. Y en cuanto al grosor, entre 5 y 8 cm es perfecto para gatos: ni demasiado alto ni muy fino.
La verdadera magia está en que puedes pedir tu espuma cortada al milímetro, adaptada a ese rincón exacto donde tu gato quiere reinar.
Paso a paso para crear la cama flotante para gatos
Una vez que tienes la espuma hecha a medida, el resto del proceso es mucho más sencillo de lo que imaginas. Vas a ver que, con unos pocos materiales, puedes crear algo bonito, funcional y duradero.
1. Haz el pedido con las medidas definitivas
Tómate tu tiempo para medir bien. Usa cinta métrica, apunta las medidas exactas y asegúrate de que todo encaja en el lugar elegido. Después, encarga tu espuma en «El taller de la espuma». Puedes pedir formas rectas, curvas o con esquinas biseladas. ¡Nos adaptamos a ti y a tu gato!
2. Prepara la base
Limpia la superficie, asegúrate de que esté firme y nivelada. Si necesitas reforzarla con una tabla de madera o añadir tornillos, hazlo ahora. La estabilidad es clave para que tu gato se sienta seguro.
3. Confecciona la funda
Elige una tela resistente, bonita y fácil de lavar. Puede ser una loneta suave, tela de tapicería o incluso un forro polar calentito. Corta la tela con margen para costuras, y si puedes, añade una cremallera para poder quitarla y lavarla cómodamente. (Tu gato agradecerá una cama siempre limpia).
4. Monta todo
Coloca la espuma sobre la base y vístela con la funda. Si has hecho todo bien, el resultado será una cama ajustada, estable y ultra cómoda. Invita a tu gato a subir con un premio o su manta favorita. ¡El trono está listo!
Un rincón que lo dice todo
¿Lo mejor de todo esto? Que tu gato va a tener un espacio pensado solo para él. Y no uno cualquiera, sino uno que encaja a la perfección en tu casa, con los materiales adecuados y hecho con mimo. Porque cuando usas espuma a medida, no hay improvisación ni «esto servirá». Hay precisión, hay confort y hay resultados que duran.
Y oye, si quieres ahorrarte dolores de cabeza y asegurarte de que tu cama elevada sea un éxito desde el minuto uno, ya sabes lo que toca: cuéntanos tus medidas, tu idea y nosotros te mandamos la espuma perfecta desde El taller de la espuma. Fácil, rápido y con un resultado que hará ronronear hasta al gato más exigente. 😻
